Ayer día 28 de Junio de 2025, la Cvx Granada ha celebrado su asamblea final de curso.
Hemos constatado cómo la vida va más allá de nuestras debilidades, nuestras respuestas, nuestras posibilidades.
Comenzábamos con una oración que nos ponía la vida de San Pablo gastada por el Evangelio, para mirar el camino recorrido en este curso.
En una primera parte hemos compartido nuestro sentir como comunidad. ¿Cómo nos hemos vivido? ¿Desde dónde hemos compartido? ¿Cómo ha sido nuestro crecimiento? ¿Cómo hacer cuerpo apostólico?
La frase, "lo que no suma, resta", ha salido como realidad de lo que puede ser la pasividad, que no deja las cosas igual de como están, sino que las reduce.
Pero cuando todo parece oscuro, aparecen "ángeles" que nos vuelven a dar aliento, impulso, y descubrimos asombrados cómo el Espíritu nos empuja, nos alienta y nos guía a la unidad, a la pertenencia del Cuerpo que formamos.
Hay misión que nos espera.
Despedimos con sentido agradecimiento a Fernando Morales Sj, que es trasladado a Alcalá de Henares y que nos ha acompañado, estos últimos cinco años que ha estado en Granada, como guía del Grupo vida Galilea. Uno de esos ángeles que nos deja en herencia su vida.
El nos ha enseñado a agradecer la vida que es llamada desde su concepción a la eternidad, "somos eternos desde que nacemos", son sus palabras hoy para nosotros. Que esta que transitamos es oportunidad para vivirla así, y sentir el amor de Dios por nosotros que nos lleva a amar el mundo y reconciliarnos con él, y como San Pablo nos recuerda en el evangelio, en esta vida hay combates que combatir, y una fe que mantener.
En este tiempo, y a sus noventa y tres años, nos hemos sentido sostenidos por su compañía y oración en momentos difíciles. Nos ha dejado frases como, "nos os dejéis zarandear como ramas de un árbol cuando arrecian los vientos, asentad la vida en Cristo", "soltad al Jesusito de mi vida, para tener una fe adulta", o "sois rayitos de sol, y gotitas del océano, para mantener los egos en su sitio y para no despreciar lo que somos".
Gracias Fernando.
Y de la misa a la mesa, donde compartimos alimento para el cuerpo y para el alma.
Gerardo.