El
domingo 2 de abril hemos tenido nuestro primer via crucis, que ha
sido preparado por la comisión de Ecología, intentando hacer una
lectura de la Pasión de Cristo en la que se han incluido nuestros
pecados contra la naturaleza, inspirándonos en la encíclica Laudato
Si' del Papa Francisco. El via crucis era una actividad abierta y nos
hemos sentido muy agradecidos de contar con la compañía de otros
cristianos que se han sentido interpelados por la convocatoria.
Empezamos leyendo una introducción en la Iglesia de San Pedro y San
Pablo a las 10:30, entre el repicar de las campanas, y lo concluimos
de nuevo con las campanas del Ángelus al mediodía en la Abadía del
Sacromonte. Extraemos el siguiente texto del documento
completo del Via Crucis que hoy hemos rezado: "Este
Via Crucis es un intento de diálogo, encuentro y sensibilización
con otras realidades eclesiales (especialmente laicales). Significa
adaptar tradición y progreso. Pretende darle un sentido nuevo a las
prácticas penitenciales (“misericordia quiero, no sacrificios”).
Aspira a mostrar la íntima comunión del Señor con su creación,
aquella misma que cotidianamente descuidamos, vejamos y destruimos.
En definitiva, intenta ser un grito de auxilio, a finales de la
cuaresma y con la Pasión de nuestro Señor tan cerca ya en el
calendario litúrgico, un grito de auxilio de un mundo herido, roto y
condenado a muerte, en muchas ocasiones con nuestro cómplice
silencio y asentimiento, un grito, el de la Naturaleza, con todas sus
criaturas y recursos naturales, que resuena al unísono con el de
todos los pobres y marginados de este mundo, un grito que siguen
pronunciando cada día, ellos y ellas, los favoritos de Dios."
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